This website uses its own or third-party cookies. By continuing to browse, you consent to the use we make of them. If you wish, you can modify your preferences in your browser.
Lograr el cambio a través de la arquitectura en el este de África
De los sistemas paternalistas a un enfoque de sistemas ¿Para lograr el bien social?
El futuro de la arquitectura
Diseñando los nuevos bienes culturales comunitarios
06/02/20
- Arquitectura

Los gobiernos, las agencias internacionales, las fundaciones, las autoridades locales, las ONG y las organizaciones de la sociedad civil que promueven el impacto social positivo a través de proyectos arquitectónicos están adoptando gradualmente una estrategia basada en los sistemas autosostenibles donde la participación y la contextualización son los pilares fundamentales.
En el este de África esto supone un cambio importante, ya que se pasa de un enfoque desinteresado, financiado generalmente por entidades extranjeras, a intervenciones de pensamiento lineal y enfoque único. Durante siglos, la promoción, planificación y construcción de proyectos arquitectónicos en la región a través de un programa social se basaban por lo general en ideas importadas para resolver, en muchos casos, necesidades preconcebidas y asumidas. Estos proyectos con financiación extranjera respondían a las agendas y plazos de los donantes, relegando a un segundo plano la contextualización y la participación de la población local.
La evolución de la arquitectura social en el este de África
En los siglos XVIII y XIX, el Imperio Otomano construyó mezquitas y madrazas y los portugueses y otros colonizadores europeos construyeron iglesias y escuelas a lo largo de la costa swahili. Son innumerables los ejemplos de misioneros colonizadores a finales del siglo XIX y principios del siglo XX y sus instalaciones educativas, religiosas y sanitarias en la costa y en el interior. Estas creencias religiosas y educativas importadas, junto con los sistemas de gobierno y control impuestos, modificaron la cultura de la región para siempre. A pesar de tener a menudo objetivos sociales bienintencionados y de lograrlos en cierta medida, estas intervenciones también restaron poder a los líderes locales, destruyeron tradiciones y trajeron enfermedades desconocidas y destrucción a la zona.
Tras la independencia, la comunidad internacional y sus esfuerzos humanitarios y de desarrollo continuaron llevando proyectos sociales a la región. A pesar de los esfuerzos positivos y logros, muchos de estos proyectos —en especial aquellos dirigidos por pequeñas ONG y organizaciones benéficas— tenían una visión de la arquitectura como contenedor para sus programas sociales «positivos», y promovieron el empleo de trabajadores locales y extranjeros desinteresados durante un corto periodo de tiempo (en muchos casos jóvenes voluntarios en verano).
Estos proyectos arquitectónicos mantuvieron en gran medida el enfoque paternalista de los intentos previos e introdujeron ideas extranjeras con poca conciencia o conocimiento del contexto en el que eran implementadas. La escasa participación de los profesionales del diseño locales contribuyó al elitismo arquitectónico en la región, disminuyendo las opciones de que los arquitectos locales pudieran involucrarse y ganarse la vida diseñando y construyendo «proyectos sociales».
Aprovechando la complejidad y la riqueza
La crisis económica global de finales del decenio de 2000 y la consiguiente falta de fondos para el desarrollo internacional promovieron un cambio de paradigma en los proyectos sociales importados y descontextualizados. Asimismo, en el decenio de 2010 la región comenzó a buscar formas de mejorar y aprovechar su potencial arquitectónico, artístico e innovador.

La interconexión y la complejidad comenzaron a ser asumidos por los planificadores de proyectos y los que los implementaban. El papel social de la arquitectura como facilitadora de la actividad económica, el poder y la cultura, así como su impacto medioambiental, comenzaron a ser tenidos en cuenta. Pasó de ser considerada un simple contenedor de los programas sociales a convertirse en un agente social en sí misma. Las colaboraciones internacionales-nacionales se reforzaron. Se originó un movimiento clave en el que los fondos se destinaban a mejorar los programas arquitectónicos en la educación pública que integraban las preocupaciones sociales y culturales, como en el caso de EaiBc en Etiopía, UR en Ruanda y UMU en Uganda, entre otros.
Mejorando el mercado laboral local
Los jóvenes arquitectos gozan hoy en día de oportunidades de trabajo en estudios locales rentables y con orientación social como FBW, Orkid Studio, MASS Design Group, Creative Assemblages, Local Works, y Kounkuey Design Initiative. Aunque continúa existiendo el enfoque de salvamento extranjero desinteresado, este campo está adoptando lentamente una estrategia de sistemas más participativa y abierta. Las posibilidades de que los arquitectos y diseñadores locales creen sus propios estudios y participen en proyectos con un impacto social significativo están aumentando.
¿Qué nos deparará el futuro?
La arquitectura con un enfoque social en la región está evolucionando de una estrategia limitada al poder programático de una intervención específica a una idea de proyecto como proceso que involucra a infinidad de actores y actúa de vehículo para un cambio social catalítico.

En consonancia con la creciente complejidad e interconexión de las necesidades sociales, el diseño que busca un impacto social positivo en el este de África está abarcando la participación significativa de diversos interesados y está comenzando a centrarse en un enfoque sistémico y fractal que acepta que los que tradicionalmente se entienden como intrínsecamente «sociales» también pueden desempeñar un papel en la exacerbación de los problemas sociales.
Se están realizando interesantes experimentos e iniciativas en zonas urbanas y rurales del este de África, que van desde la cartografía, la investigación académica, las intervenciones arquitectónicas y urbanas hasta el diseño de productos que reinventan, reciclan y mejoran las formas, los materiales y las técnicas con un creciente enfoque social. La rápida urbanización y el crecimiento demográfico de la región están impulsando la evolución de la función social de la arquitectura, que aún no se ha explorado plenamente.
Imagen principal: Sesión participativa para la mejora de vecindarios adaptados a los niños, campo de refugiados Kiziba, Ruanda, 2017. Imagen © Joan Amorós Elorduy.