This website uses its own or third-party cookies. By continuing to browse, you consent to the use we make of them. If you wish, you can modify your preferences in your browser.
El futuro del reciclaje
Por qué razón el diseño sostenible no puede depender del reciclaje de plástico
No más solucionismo
El plástico en la moda
01/06/20
- Futuro

El diseño sostenible, el reciclaje de plástico y el upycling son términos muy de moda en la actualidad. A medida que aumenta la concienciación, muchas empresas están realizando un esfuerzo para regular sus procesos de producción y así fabricar sus productos de forma más eficiente. Muchos académicos y activistas intentan encontrar soluciones a la «crisis climática». Pero merece la pena cuestionar la idea del upcycling y el llamado diseño «sostenible». En mi opinión, es más una ilusión que una solución.
Los principales elementos del diseño sostenible pueden descomponerse en tres clases: materiales y recursos, producción y sistemas, y consumo y uso. Sin embargo, lo que a menudo no se tiene en cuenta es el tiempo necesario para producir los recursos y el tiempo empleado en consumir el material. Las materias primas tardan más de 10.000 años en crearse, pero solo se utilizan durante pocos años o incluso horas en forma de productos. Tras su deshecho, esos mismos productos tardan alrededor de 400 años en desaparecer de nuestro planeta. Al final del proceso, lo que tenemos son productos que son incinerados utilizando combustibles fósiles, la generación de nuevas emisiones de CO2 y la creación de montañas de basura. Si bien esto es la simplificación de un proceso mucho más complejo, no deberíamos subestimar los resultados obvios relacionados con el impacto medioambiental.
A menudo comento que el diseño sostenible debería estar sincronizado con el ritmo de la naturaleza. El proyecto Algae Platfom de Atelier Luma, por ejemplo, se centra en la sincronización del diseño con la naturaleza, utilizando algas para crear un material que podría sustituir a los plásticos. Hay biólogos, diseñadores y académicos trabajando en este proyecto para desarrollar la idea. Asimismo, como rector de la Staatliche Hochschule für Gestaltung Karlsruhe (HfG), uno de mis principales objetivos es crear un invernadero y laboratorio del futuro para realizar cambios significativos, tal como ocurrió con la era Bauhaus en Alemania.

Además, el diseño sostenible debería implicar procesos circulares y fluir hacia una economía circular. En otras palabras, los productos y las materias primas deberían reutilizarse de forma natural. En el caso del consumo, las personas deberían darle más importancia al «diseño saludable» y realizar algún tipo de chequeo de salud. Es decir, nuestros comportamientos deberían reflejar que lo que consumimos no solo es bueno para nosotros sino también para nuestro vecindario, para nuestra ciudad y para la región. Estas consideraciones nos llevarán a ser más conscientes de las consecuencias de nuestro consumo y a modificar nuestro comportamiento. Por ejemplo, utilizando el transporte público o una bicicleta. Nos comportaríamos y moveríamos de forma diferente si fuéramos lo suficientemente conscientes de lo que va mal en nuestro mundo actual.
Por último, pero no por ello menos importante, el ciclo de vida inteligente de los materiales debería ser el núcleo del diseño sostenible. Muchos productos de plástico de gran calidad pueden durar durante generaciones, e incluso pueden ser reparados y reutilizados. No estoy en contra del plástico como tal, pero sí en contra de los productos de plástico de menor calidad. Los productos de plástico de baja calidad, producidos en serie por los grandes fabricantes de muebles dan la impresión de durar toda una vida, pero se vuelven obsoletos tras pocos años de uso. Al final del día, es la sociedad la que paga por esto. Los productos son baratos, pero pagamos un tremendo precio medioambiental, a pesar del reciclaje de plásticos.
En general, he comprobado que el proceso de upcycling es similar al de los materiales de baja calidad porque el plástico reciclado será inevitablemente de peor calidad que el original. El enfoque del plástico reciclado no es correcto porque no es posible lograr la calidad original. La descomposición de las moléculas y las emisiones asociadas reducen inevitablemente la calidad. El reciclaje del plástico no admite comparación con el reciclaje de metal o aluminio, por poner un ejemplo. Los procesos que se requieren para este nivel de eficiencia no existen en la actualidad y probablemente nunca lleguen a existir.
Imagen principal: Algae Lab es un biolaboratorio creado en colaboración con Studio Klarenbeek & Dros para explorar el potencial del cultivo de micro y macro algas de forma local. Imagen © Joana Luz