Diseñar y hacer mundo juntos

Arquitecturas para humanos y otras especies en un contexto de emergencia climática

Educan es un centro de adiestramiento canino a 30 km de Madrid. Desde el inicio se piensa como oportunidad para reconstruir parte de las condiciones ecosistémicas de un entorno agrícola intensivo que había perdido en las últimas décadas gran parte de su biodiversidad (flora, insectos polinizadores, roedores, aves como lechuzas, cernícalos primilla o vencejos). Así, el edificio opera desde dos cuestiones estratégicas. Primero, preguntándonos cómo podemos diseñar para humanos, perros y otras especies, integrando nidos para aves con poblaciones en recuperación y para murciélagos, reutilizando agua de lluvia para bebederos o cuidando materiales adecuados para la anatomía de no humanos. Segundo, tratando de construir minimizando la huella ecológica: reduciendo movimientos de tierra y consumos energéticos, empleando materiales de segunda mano como los contenedores marítimos, produciendo localmente, e incluso reutilizando en segunda y tercera vida recursos como las chapas de los contenedores que sirvieron para construir paredes, encofrar muros de hormigón o volver a revestir fachadas del edificio anexo.

Este es solo un caso dentro de una constelación gigante de pequeñas prácticas tratan de cuidar el planeta y no es el primero ni el último dentro de un paradigma en el que los homo sapiens pasamos de una posición centralista a otra de empática corresponsabilidad. ¿Podemos pensar que volver a otras arquitecturas menos antropocéntricas y más conectadas y entretejidas con fauna y flora, puede ser una de las vías para que nuestras ciudades «hagan mundo» desde la amabilidad, la ecología y la solidaridad?

Imagen principal: Fachada norte con bebedero multiespecie que reutiliza agua de lluvia, con pastor belga, en la nevada Filomena 2021. Educan, Brunete, Spain, Enrique Espinosa, Lys Villalba,2020. Foto © Javier de Paz

Este artículo pertenece al archivo de Roca Gallery. Se publicó por primera vez en mayo de 2023.

La historia de las relaciones entre la arquitectura y la complejidad del mundo siempre han sido variantes y no biunívocas. Esa mirada al pasado no puede ser ajena al hecho de que en el planeta hay muchas historias y culturas, y que precisamente para aquellas más vinculadas con lo indígena, lo local o lo disidente, arquitectura y mundo han estado siempre más entretejidos. En la pequeña historia urbana que podemos observar a través del catalejo occidentalizado descubrimos periodos humanistas, mestizos o de gran autonomía disciplinar. Todos ellos se van sucediendo o mezclando entre si. En los últimos años, con la emergencia climática, una sensibilidad ecológica nos atraviesa a todas, haciéndonos más conscientes y responsables de lo que hacemos y de sus efectos, para vivir junto con el mundo.

Las relaciones entre la arquitectura y la realidad atienden a cómo la arquitectura se piensa en su uso, para humanos o no humanos; en su impacto, para los recursos que nos rodean (agua, energía, residuos, etc.) o para las ecologías en las que las ciudades y territorios que habitamos se insertan. Si hacemos zoom en el «para quién es la arquitectura», inmediatamente la mayoría podemos pensar en «para humanos»... pero una revisión compleja a esas otras historias nos lleva a reconocer una convivencia en nuestros entornos construidos entre homo sapiens, insectos, aves, mamíferos, vegetales, bacterias, hongos y otras especies.

Fachada sur con letras nido, abierta, conectando pista interior y exterior, con pastores belgas y cernícalo. Educan, Brunete, Spain, Enrique Espinosa, Lys Villalba, 2020. Foto © José Hevia

En ciudades como Madrid, hasta hace pocas décadas, en manzanas urbanas convivían humanos y animales (caballerías, gallinas, pequeños huertos en plantas bajas y patios traseros). En arquitecturas populares el establo ha sido siempre una parte clave de la termodinámica del hogar, y fuentes de calor y economía como un burro, un cerdo, una vaca, unas gallinas, han sido parte de las familias ampliadas en los hábitat rurales que distan pocos minutos en coche de nuestras grandes ciudades. Incluso no muy lejos en tiempo y distancia, sofisticados diseños, propios de la arquitectura otomana, han integrado piedra, ornamento y funcionalidad para esculpir nidos con forma de palacios en miniatura, insertos en fachadas de edificios para permitir el anidamiento de diversas aves urbanas.

Más recientemente, desde ámbitos más cercanos a la academia arquitectónica, se han dado ejemplos que muestran un interés contemporáneo en atender a esta condición multiespecie de nuestros entornos. En el año 2005 el arquitecto finés Juhani Pallasmaa publicó el libro titulado Animales Arquitectos, que supone un  cambio en el planteamiento de estudios previos de zoólogos que se habían dedicado a investigar el comportamiento de diferentes animales y su relación con su entorno. Por ejemplo, Karl von Frisch, cuyas investigaciones durante los años 70 sobre las abejas fueron pioneras en cuanto a la comprensión de sus complejos sistemas de comunicación y percepción sensorial. En cambio, Pallasmaa profundiza en la etología animal otorgando a los animales la etiqueta de «arquitectos», en una interesante, aunque antropocéntrica, mirada.

Detalle de letra/nido para murciélagos con cernícalo vigilante posado encima. Educan, Brunete, Spain, Enrique Espinosa, Lys Villalba, 2020. Foto © José Hevia

Un equipo de arquitectos clave para entender este giro ontológico que permite hablar de arquitecturas para humanos y otras especies es Husos (Diego Barajas y Camilo García), que desde hace quince años lleva explorando en sus arquitecturas otras maneras de repensar la ciudad desde la biodiversidad y la ecología; su edificio Jardín Hospedero y Nectarífero para Mariposas de Cali (2006-2012) es pionero y ejemplar por su diseño desde varias disciplinas y su despliegue ecológico. Husos ha seguido realizando proyectos con estos principios, aunque en la última década el tsunami multiespecie (siempre dentro de cierta posición disidente y aún periférica de una disciplina poco permeable al cambio) ha sido imparable, incluyendo prácticas como las de Joyce Hwang o Studio Ossidiana, o en España a equipos como Andrés Jaque y Miguel Mesa, Takk, o nosotros mismos.

Diagrama de circularidad material: reutilización, fabricación y ensamblaje. Educan, Brunete, Spain, Enrique Espinosa, Lys Villalba, 2020. Dibujo © Lys Villalba, Enrique Espinosa, Irene Domínguez

Educan es un centro de adiestramiento canino a 30 km de Madrid. Desde el inicio se piensa como oportunidad para reconstruir parte de las condiciones ecosistémicas de un entorno agrícola intensivo que había perdido en las últimas décadas gran parte de su biodiversidad (flora, insectos polinizadores, roedores, aves como lechuzas, cernícalos primilla o vencejos). Así, el edificio opera desde dos cuestiones estratégicas. Primero, preguntándonos cómo podemos diseñar para humanos, perros y otras especies, integrando nidos para aves con poblaciones en recuperación y para murciélagos, reutilizando agua de lluvia para bebederos o cuidando materiales adecuados para la anatomía de no humanos. Segundo, tratando de construir minimizando la huella ecológica: reduciendo movimientos de tierra y consumos energéticos, empleando materiales de segunda mano como los contenedores marítimos, produciendo localmente, e incluso reutilizando en segunda y tercera vida recursos como las chapas de los contenedores que sirvieron para construir paredes, encofrar muros de hormigón o volver a revestir fachadas del edificio anexo.

Este es solo un caso dentro de una constelación gigante de pequeñas prácticas tratan de cuidar el planeta y no es el primero ni el último dentro de un paradigma en el que los homo sapiens pasamos de una posición centralista a otra de empática corresponsabilidad. ¿Podemos pensar que volver a otras arquitecturas menos antropocéntricas y más conectadas y entretejidas con fauna y flora, puede ser una de las vías para que nuestras ciudades «hagan mundo» desde la amabilidad, la ecología y la solidaridad?

Imagen principal: Fachada norte con bebedero multiespecie que reutiliza agua de lluvia, con pastor belga, en la nevada Filomena 2021. Educan, Brunete, Spain, Enrique Espinosa, Lys Villalba,2020. Foto © Javier de Paz