Educación higiénica para adolescentes

Replanteando los códigos

Imaginemos los baños de una escuela como una oportunidad de enseñanza a través de la cual se introduce a los estudiantes en los sistemas circulares, los procesos biológicos y químicos, las normas sociales plasmadas en los códigos de edificación y las leyes que promueven la accesibilidad y la equidad. Por un lado, la utilidad, la privacidad, la seguridad, la comodidad higiénica y la dignidad; y por otro, la exposición a narrativas de datos dinámicos relacionados con los datos de la población mundial y las intersecciones entre el agua y el saneamiento, la igualdad de género, la educación y la buena salud o el bienestar. La exposición del código que subyace a los impulsores de la calidad de vida puede empoderar a la próxima generación de defensores de la accesibilidad, los derechos civiles y el diseño inclusivo. El aprendizaje experimental puede incluir el radio de giro de una silla de ruedas, cómo se activa el dispensador de jabón o el grifo de agua en función de las cualidades de absorción de la luz de los diferentes tonos de piel, mostrando que el agua es un recurso valioso y ofreciendo muestras gratuitas de productos para la higiene menstrual.

El concepto del entorno como educador es el núcleo de Reggio Emilia, un enfoque pedagógico humanista de la educación infantil que considera «a los niños como seres humanos que poseen cien lenguajes diferentes, cien maneras de pensar, de expresar, de comprender, de encontrar la alteridad a través de un pensamiento que entrelaza y no separa las diferentes dimensiones de la experiencia». Por supuesto esto no se aplica a los adolescentes, que prefieren burlarse de sus compañeros en vez de mostrar un liderazgo inclusivo.

Según UNICEF, una de cada tres escuelas en todo el mundo no tiene aseos adecuados, y el 23 % de las escuelas no dispone de ningún tipo de aseos. La resolución 70/169 de la Asamblea General de las Naciones Unidas establece que el derecho al saneamiento da derecho a todas las personas a «tener acceso físico y asequible, en todas las esferas de la vida, a un saneamiento seguro, higiénico, fiable y aceptable desde el punto de vista social y cultural y que proporciona privacidad y garantiza la dignidad».

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PÁGINA DE LAS NORMAS DE SEÑALIZACIÓN DE INSTALACIONES DE 2020. DESDE 2017, JOHNSON & JOHNSON, JUNTO CON MUCHAS OTRAS EMPRESAS, SE HA ADSCRITO A LAS NORMAS DE NACIONES UNIDAS PARA LA IGUALDAD EN EL TRABAJO DE LAS PERSONAS LGBTQ. J&J TAMBIÉN APOYA LA LEY DE IGUALDAD Y LOS BAÑOS INDIVIDUALES PARA TODOS LOS GÉNEROS EN LAS INSTALACIONES DE LA EMPRESA.

¿Qué podemos aprender de la forma en que gestionamos nuestros residuos corporales? ¿Y cómo podríamos reconsiderar el modo en que nuestra juventud, en especial los adolescentes, pueden aprender de un enfoque diferente sobre los aseos en las escuelas? Para muchos de los que vivimos en países industrializados, el acceso al saneamiento se da por sentado. Es posible que vivamos en países con unos códigos de edificación universales establecidos desde hace mucho tiempo y con normativas sobre la seguridad y accesibilidad de las instalaciones públicas, desde aparcamientos a aseos públicos. Puede ser aleccionador darse cuenta de cómo esos códigos y normativas han reforzado los prejuicios y estereotipos de raza y género, salud y seguridad. La cronología que adjuntamos al final del artículo explora la evolución de los aseos públicos de EEUU en un contexto legislativo.

Salud e higiene

En los EEUU, los eufemismos son de uso común. Los estudiantes de quinto curso de la mayoría de las escuelas públicas reciben clases de Salud, en las que se presentan temas de salud sexual y reproductiva e higiene personal, acompañados de risas nerviosas y una buena dosis de humor escatológico. El término «cuarto de baño» es un eufemismo muy común, como a menudo me comentan amigos no estadounidenses que utilizan vocablos más directos como «aseo» y reservan la palabra «cuarto de baño» para el espacio que alberga la bañera o la ducha. En ambientes escolares, los términos institucionales como «las instalaciones» o los servicios eluden por completo el tema de la eliminación. Para el público estadounidense en general, prevalece el término «baños», un concepto que se remonta a los grandes almacenes de lujo. Para las estudiantes que entran en la pubertad en los países desarrollados, los productos higiénicos para la menstruación continúan siendo definidos como productos de higiene «femenina», un término cargado de estereotipos y asunciones de lo que significa ser mujer. Para las estudiantes que no tienen acceso a baños o a productos para la menstruación, la consecuencia puede ser la pérdida de clases, especialmente en los países en desarrollo.

Pensemos en la crucial transición entre infancia y la edad adulta, cuando uno se aventura en el ámbito público sin la compañía de un progenitor o cuidador y se convierte en persona. Entre las actividades básicas de la vida diaria que los individuos sanos dan por sentado está el «ir al baño» o lo que es lo mismo, la capacidad de utilizar un inodoro de forma adecuada. Existe una tensión entre esta actividad más privada realizada en un espacio público, mediada por diversos grados de acceso controlado: una mayor exclusividad suele ser sinónimo de un mayor nivel de seguridad, limpieza y confort. Para los adolescentes, la llegada de la pubertad aumenta las inseguridades relacionadas con una continua comparación con los demás, con una nueva conciencia de su cuerpo y la necesidad de un mayor cuidado personal, incluyendo preguntas sobre la fluidez de género, los puntos de referencia del desarrollo, los métodos anticonceptivos y la menstruación.

Pasar del refugio seguro del hogar a los servicios públicos con urinarios, grafitis y encuentros con extraños refuerza la asociación del uso de baños públicos con el riesgo potencial y la transgresión. En el pasado se advertía a las adolescentes de la transmisión de ETS o de la posibilidad de quedarse embarazadas al entrar en contacto con esperma en los asientos de los inodoros (algo muy poco probable), información errónea que continúa circulando en la cultura popular. Las piscinas públicas también se consideraban vehículos potenciales de contagio y las casas de baños se asociaban con la decadencia homosexual.

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CARTERA DE PROYECTOS: BAÑOS ACCESIBLES XYYXXY, TOLO ARCHITECTURE, LOS ANGELES: PETER TOLKIN & SARAH LORENZEN; EQUIPO DEL PROYECTO: PETER TOLKIN, SARAH LORENZEN, ERIN DAY, SOCRATES MEDINA. IMAGEN PETER TOLKIN

Durante mi infancia y adolescencia en Washington, DC, la transición de la escuela primaria a la secundaria estaba marcada no solo por una mayor independencia sino también por una mayor preocupación de los adultos sobre la posible influencia delictiva que un grupo mayor y más diverso de estudiantes pudiera tener sobre nosotros. Para ir al baño cada estudiante debía solicitar un pase al profesor. Esta era una molestia que valía la pena evitar si además existía la posibilidad de encontrarse en el pasillo con compañeros de clase desagradables que se habían ausentado de la clase sin permiso. A esta combinación hay que añadirle el enfoque adolescente sobre la identidad sexual/personal. Cuando llegábamos a la adolescencia, los padres nos contaban historias amenazantes sobre las múltiples tentaciones que nos rodeaban, desde el sexo al tabaco, el alcohol y otras drogas. El Otro ocupaba un lugar preponderante en sus mentes, ya que nuestros cuerpos en proceso de maduración también mostraban la alteridad.

Desafiar los prejuicios sociales arraigados: El baño accesible XYYXXY

A principios de este año encontré un comentario de TOLO Architecture que invita a la reflexión sobre el debate del acceso de los transexuales a los baños públicos. La exploración conceptual resultante no solo refleja una solución sino una respuesta intencionada a la interacción entre las normas sociales y los prejuicios culturales, ya que las consideraciones sobre los derechos civiles exigen la actualización de las leyes y los códigos que rigen los espacios públicos. El título del proyecto de TOLO hace referencia al sistema de determinación del sexo de los humanos, según el cual dos cromosomas X (XX) determinan el genotipo femenino y XY el genotipo masculino, lo que da lugar a un etiquetado binario.

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CARTERA DE PROYECTOS: BAÑOS ACCESIBLES XYYXXY, TOLO ARCHITECTURE, LOS ANGELES: PETER TOLKIN & SARAH LORENZEN; EQUIPO DEL PROYECTO: PETER TOLKIN, SARAH LORENZEN, ERIN DAY, SOCRATES MEDINA. IMAGEN PETER TOLKIN

El impulso para el proyecto XYYXXY fue la ley aprobada por el estado de Carolina del Norte en 2016 que determina el acceso a los aseos públicos en función del género de nacimiento y no en base a la identidad de género. Esta norma, la HB2, restringe el uso de los baños públicos a las personas transgénero al género que figura en su certificado de nacimiento. La consideración de género separada de la biología ha sido abordada por estudiosos feministas y queer, en especial Judith Butler, cuya obra presenta una teoría de la performatividad de género que se nos enseña desde la infancia a través de normas y expectativas sociales. Cuando mi hijo de siete años y yo fuimos expulsados del vestuario de la piscina de la Universidad donde estaba aprendiendo a nadar debido a una política de «solo mujeres», no podía creer que la segregación de género pudiera llegar a una interpretación tan extrema y poco práctica.

XYYXXY presenta un «escenario» alternativo que es descrito por los diseñadores como «oscilante entre el espacio social de la arquitectura y el espacio más puramente estetizante de la forma escultórica». Los aspectos funcionales de las instalaciones (elementos fijos, iluminación y señalización) se disponen dentro de una intersección estilizada, en cumplimiento del código de edificación en vigor. Una de las provocaciones más interesantes en el diseño del XYYXXY es la intersección comunitaria, donde los visitantes pueden encontrarse unos con otros, desafiando a la separación como la única norma para abordar la inclusión. Al fin y al cabo, la inclusión no es ni fácil ni cómoda y es importante enfrentarnos a nuestras zonas de confort mientras tratamos de desmantelar las barreras literales y figuradas para lograr una sociedad más equitativa.

Con el fin de aportar algo de contexto, he aquí una línea cronológica con los principales hitos legales de los EEUU:

1850-1950: La segregación racial promulgada por las leyes Jim Crow afecta a la mayoría de las instalaciones públicas, incluidos los aseos, después de la Guerra Civil.

1920: Los aseos públicos con distinción de género pasan a formar parte del código de edificación uniforme, reflejando el creciente papel de la mujer en el mundo laboral; los aseos con distinción de género pretendían proteger a quienes se consideraba que necesitaban protección (mujeres blancas cisgénero).

1954: El caso Brown vs. Board of Education (desegregación de la educación).

1964 La Ley de Derechos Civiles elimina la segregación en restaurantes, medios de transporte e instalaciones públicas, incluyendo los aseos.

1968 La Ley de Barreras Arquitectónicas (ABA por sus siglas en inglés) exige que ciertos edificios y otras instalaciones federales y financiadas por el gobierno se diseñen, construyan o modifiquen de acuerdo con normas que garanticen la accesibilidad y el uso por parte de personas con discapacidades físicas.

1990 La ABA se amplía a todos los edificios, no solo aquellos financiados por el gobierno.

2009 La ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA por sus siglas en inglés) prohíbe la discriminación de las personas con discapacidad en diferentes ámbitos, como el empleo, los medios de transporte, los alojamientos públicos, las comunicaciones y el acceso a programas y servicios de las administraciones estatales y locales.

2016 La ley HB2 de Carolina del Norte exige que las personas transgénero utilicen los aseos de acuerdo con el sexo que figura en su certificado de nacimiento y anula las leyes locales de protección.

2021 La propuesta de Ley de Igualdad, aprobada por la Cámara de Representantes el 25 de febrero, proporcionaría protección antidiscriminatoria coherente y explícita para las personas LGBTQ+ en los EEUU, en ámbitos clave de la vida, como el empleo, la vivienda, el acceso al crédito, la educación, los espacios y servicios públicos, los programas financiados por el gobierno federal y el servicio como jurado. Los próximos pasos pendientes incluyen la revisión por parte del Senado y el Presidente de los EEUU antes de que la ley sea aprobada.

Unicef

Somi Kim es jurado de jumpthegap®, el Concurso de Diseño Internacional de Roca, para el cual los participantes pueden entregar sus proyectos entre el 3 de mayo y el 6 de septiembre. Para más información: www.jumpthegap.net 

IMAGEN PRINCIPAL: Cartera de proyectos: Baños accesibles XYYXXY, TOLO Architecture, Los Angeles: Peter Tolkin & Sarah Lorenzen; equipo del proyecto: Peter Tolkin, Sarah Lorenzen, Erin Day, Socrates Medina. Imagen Peter Tolkin