El lujo es un concepto en evolución

Auténtico o falso: ¿cuál es la verdadera diferencia?

El concepto del lujo se ha transformado a lo largo del tiempo. Antes tenía una connotación positiva, relacionada con la calidad y el confort, pero también negativa, ya que estaba vinculado a la exageración y el despilfarro. Sin embargo, más que el concepto en sí, lo que se ha modificado en los últimos tiempos es la percepción que las personas tienen del lujo. El significado de lujo ya no es necesariamente algo caro a lo que únicamente tienen acceso los millonarios.

Más bien, abarca todas las clases sociales. Hoy en día, el acceso al agua potable o tener el privilegio de estar con la familia puede ser considerado más lujoso que poseer un abrigo de piel caro. Cuando algo es escaso o difícil de obtener, ese algo, tanto si se trata de un objeto como de un sentimiento, tiene un gran valor.

Asimismo, muchas cosas que en su momento tenían una disponibilidad limitada o eran excepcionales, hoy en día son consideradas banales. Con la globalización, muchos bienes antaño inaccesibles carecen de atractivo hoy en día precisamente por la pérdida de su anterior exclusividad. Estos bienes ya no se consideran un lujo porque están disponibles en todas partes y en abundancia.

Por lo tanto, considero que en la actualidad existen dos clases de lujo. Por un lado están las cosas que son importantes en nuestro día a día, aunque son escasas, y es posible que no tengan un precio demasiado alto.

Por otro lado, existen los «bienes de lujo». Estos productos son escasos debido a su excelencia, su calidad, la nobleza de sus materiales y las extraordinarias prestaciones que ofrecen.

Reflexiones sobre el lujo auténtico

Si restringimos el significado de lujo a un producto, son la calidad de la fabricación y el diseño y las excepcionales técnicas de producción las que convierten un objeto en algo raro y precioso.

Este lujo auténtico se caracteriza por los materiales nobles, cuya calidad y durabilidad son de hecho más sostenibles precisamente porque no están diseñados para ser desechables.

Hoy en día, un producto verdaderamente lujoso busca nuevas formas de prestar un servicio, para ofrecer más calidad y confort, para lograr ser extraordinario sin ser superfluo.

Es necesario resaltar el papel y la importancia crítica de la producción porque no solo los productos fabricados con materiales únicos, como la piel natural, deben ser considerados lujo auténtico, sino también aquellos productos elaborados mediante técnicas de producción y tecnologías excepcionales, independientemente de los materiales utilizados. Un buen ejemplo de esta singular combinación de materiales y técnicas de fabricación son algunos baúles de Louis Vuitton, realizados con piel sintética de alta calidad.

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MESA DE COMEDOR MOAI, EDICIÓN LIMITADA DE 50 PIEZAS, BESSA DESIGN. IMAGEN BESSA DESIGN

Reflexiones sobre el lujo falso

Un producto de lujo falso no aporta valor añadido. Este producto imita e intenta parecer lujoso pero su pretensión se traduce en engaño. El lujo falso trivializa lo auténtico. El parecido engañoso de una imitación de baja calidad es ilusorio y de alguna forma devalúa lo que es auténtico y extraordinario.

Sin embargo, también es cierto que el lujo falso es mucho más inclusivo que el lujo auténtico porque utiliza materiales alternativos más asequibles que imitan a los auténticos.

Asimismo, es necesario recalcar que se requiere una gran creatividad para concebir alternativas asequibles con similitudes visuales. El hecho de que los productos de lujo falsos sean normalmente de peor calidad no menoscaba el trabajo existente detrás de la creación de estas alternativas de bajo precio. 

Tanto lo auténtico como lo falso contribuyen a redefinir el concepto de lujo

Los productos de lujo falsos a veces logran una contribución positiva ya que pueden provocar la redefinición del concepto de lujo auténtico introduciendo materiales alternativos y nuevas técnicas para trabajar estos materiales.

La tecnología disponible permite obtener soluciones de lujo falsas más inteligentes y sostenibles. El ejemplo del abrigo de piel es paradigmático: el lujo falso comenzó utilizando materiales que imitan a la piel, que es un material exclusivo. La incorporación de estos sustitutos ha tenido un efecto catalizador que ha obligado al lujo auténtico a evolucionar. Esta transformación hacia un significado de lujo más amplio y sostenible parece enfatizar la combinación de técnicas de fabricación únicas con materiales menos exclusivos.

Por lo tanto, el lujo auténtico no solo es el resultado de su exclusividad intrínseca, sino también de la combinación de materiales más o menos exclusivos y técnicas de producción excelentes que dan lugar a un producto verdaderamente único.

Continuando con el ejemplo del abrigo de piel, el uso de materiales que imitan la piel, junto con la preocupación mundial por el medio ambiente y los derechos de los animales, han allanado el camino para la producción de bienes a partir de materiales no naturales, que además son más sostenibles.

El sector ha comprendido que puede ser más sostenible, evitando los productos naturales y ofreciendo experiencias lujosas que satisfagan los caprichos de los consumidores. En la actualidad, existen abrigos de lujo fabricados con materiales sintéticos de última generación. Estos extraordinarios materiales sintéticos pueden incluso ofrecer mejores prestaciones, como una mayor durabilidad, gracias a los avances tecnológicos. Debido a su calidad excepcional y a la innovación, el uso de estos materiales da lugar a productos de lujo.

Podemos afirmar que a pesar de que existe la creencia generalizada de que el lujo falso incorpora un elemento de engaño resultante de la copia del lujo auténtico, también puede contribuir de forma indirecta a la redefinición del lujo auténtico y de la forma en que algunos productos se fabrican y consumen. Es justo manifestar que el lujo falso puede actuar de catalizador de la evolución y que el lujo auténtico también se basa en él, aunque de forma más exclusiva y perfeccionada.

IMAGEN PRINCIPAL: Seda de color verde. Imagen Sharon McCutcheon, Unsplash