¿Estamos escuchando?

Los niños nos pueden enseñar a diseñar ciudades mejores

Los niños tienen grandes ideas sobre nuestras ciudades, ideas sin límites, frescas y progresistas que pueden ayudar a la planificación urbana.

Los urbanistas y los diseñadores se esfuerzan por encontrar la forma de hacer que nuestras ciudades sean más habitables para las generaciones venideras. Pero los responsables del urbanismo del futuro, los niños de hoy en día, no juegan papel alguno en estas decisiones. Sin embargo, y debido a recientes acontecimientos, sus voces están comenzando a ser oídas. Aun así, la pregunta que debemos hacernos es: «¿Estamos escuchando?»

Como diseñadores del entorno construido, hoy estamos tomando decisiones que tendrán un impacto en el futuro de la siguiente generación. Por tanto, es obligatorio tener un profundo conocimiento no solo de las consecuencias que nuestras decisiones actuales tendrán en sus vidas, sino también de lo que ellos quieren. ¿Vivirán en pisos o en casas? ¿Utilizarán vehículos privados o se moverán en transporte público? ¿Qué les atraerá a las ciudades y qué les hará marcharse de ellas? ¿Qué hará que una ciudad tenga éxito? ¿Y cómo se medirá ese éxito?

A través de un programa de investigación centrado en instalaciones interactivas, diseñado para inspirar a los pensadores, planificadores y tomadores de decisiones del mañana, decidimos profundizar un poco más, desafiando a los niños a experimentar y jugar con ideas sobre el entorno urbano, e invitándoles a reflexionar sobre las ciudades del futuro. ¿Qué aspecto tendrían? ¿Qué deberían incluir? ¿Cuáles serían las prioridades en las ciudades? ¿Cómo deberían funcionar?

Descubrimos que los niños tienen grandes ideas sobre nuestras ciudades, ideas sin límites, frescas y progresistas. Aunque puede ser extravagante y fantasioso, el enfoque totalmente liberado de un niño puede dar una lección muy valiosa a los urbanistas y diseñadores más prestigiosos.

Casas alucinantes No es sorprendente que los niños piensen a menudo en sus casas y en los tipos de lugares en los que les gustaría vivir en el futuro. Casas bajo el océano, casas en el cielo, casas sobre ruedas. Los lugares que sueñan se valen de la tecnología para alojar a todo tipo de familias, estilos de vida y situaciones.

Transporte ultra potente Los niños sienten fascinación por cómo nos desplazamos por la ciudad. La mayoría tiene una imagen negativa del coche, ya que es el causante de ruido, polución y congestión. Los niños prefieren mochilas propulsoras, toboganes y trenes voladores, un tipo de transporte atractivo, flexible y sostenible.

¡Lugares para respirar! Como muchos niños, Meredith (10 años de edad) señaló que «los edificios son cada vez más grandes y las habitaciones cada vez más pequeñas». Esto significa que en nuestras ciudades, los juegos, la relajación, la diversión o las carreras solo pueden tener lugar en los espacios comunes. Muchos niños dibujaron ciudades llenas de parques, ríos, animales y zonas de juego; todo ello parte de una ciudad saludable y alegre.

¡Un corazón auténtico! Los niños ven las ciudades como lugares donde todos están incluidos y son tratados por igual. «Algo para cada uno», fueron las palabras de Sage (10 años de edad). No les gusta encontrar signos de desigualdad, como personas sin hogar o sin recursos.

¡Súper divertido! Los niños entienden muchos de los problemas sociales, tecnológicos y ecológicos a los que se enfrentan las ciudades, pero siguen siendo de la opinión de que es necesario centrarse en la diversión. Compartieron hoteles hechos de sueños, edificios construidos con chocolate y helado y ciudades con espirales de color en el cielo. Y nuestra pregunta debería ser: ¿Por qué no?

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ARCHIKIDZ DE HASSELL. FOTO © HASSELL

Hemos explorado lo que sucede cuando la visión infantil del juego se introduce en el mundo de los adultos. Estos conocimientos pueden utilizarse para inspirar nuevas estrategias de participación pública o de planificación urbana, e informar futuros proyectos en el ámbito público.

La «jugabilidad» es un aspecto a tener en cuenta en nuestros entornos urbanos ya que da vida a nuestros espacios y anima a las personas a permanecer en ellos, a explorarlos y sobre todo, a sonreír. El juego aporta alegría, ayuda a las personas a sentirse conectadas, incluidas y entusiasmadas por la ciudad en la que viven. La próxima generación trae consigo una visión renovada de cómo podemos mejorar nuestras ciudades para todos los que viven en ellas, tanto jóvenes como mayores.

Las expectativas de los jóvenes en las ciudades de hoy son altísimas en lo que se refiere a residir en las ciudades del futuro. Quieren ver ciudades con sistemas de transporte intuitivos y conectados, que eliminen nuestro constante anhelo del automóvil. Ciudades que incluyan lugares para respirar, y zonas verdes que sean en verdad espacios públicos y lugares visible y funcionalmente equitativos para vivir, trabajar y jugar.

Sin embargo, en última instancia los niños lo que persiguen es la diversión. Para disfrutar de las ciudades en las que vivimos, y que entregaremos a las futuras generaciones, necesitamos asegurarnos que este elemento de diversión está disponible para todos y a todos los niveles. Esto va mucho más allá de un edificio, una línea de autobús o una zona verde. Las ciudades deben funcionar como una combinación de diferentes partes: conectadas, inclusivas, equilibradas y agradables. Solo entonces podremos decir que hemos escuchado y cumplido.

IMAGEN PRINCIPAL: Archikidz, obra de HASSELL. Imagen © James Horan