Good Living

Un enfoque regenerativo para una Bruselas con visión de futuro

La crisis de recursos materiales y energéticos nos ha llevado a considerar los edificios como depósitos de carbono que, de forma inherente, pueden ofrecer una valiosa contribución regenerativa. No es necesario construir el edificio más ecológico, puesto que ya está construido. En el siglo XXI, reutilizar y adaptar lo que ya existe en el entorno construido es la verdadera acción regeneradora. 
 
En los edificios de oficinas construidos antes de que la presión del neoliberalismo llevara a reducir la altura libre y los espacios de circulación para maximizar los beneficios, suele existir una amplitud espacial que ofrece una gran flexibilidad e invita a los arquitectos a entablar un diálogo con el edificio, lo que puede dar lugar a tipologías poco convencionales. En 2012, nuestra visión de la remodelación del Barrio Europeo se basó en la adaptación y reutilización de edificios de oficinas vacíos a viviendas. Para mitigar el ruido del tráfico en la calle Belliard, la principal arteria de salida hacia el aeropuerto y el este del país, «regruesamos» la fachada existente para que actuara como barrera acústica. Baños, cocinas, vestidores... todos estos equipamientos se trasladaron desde la parte central de la vivienda hasta su perímetro. 

Edificios que se transforman “regruesando” fachadas como barrera acústica.

Plan de reutilización con fachada «regruesada» como barrera acústica, Barrio Europeo de Bruselas, Bélgica, 2012-14, &bogdan. Imagen © &bogdan

Dotados de una segunda vida, los edificios reconvertidos cuentan historias y generan una cierta sorpresa. Esto es evidente en The Cosmopolitan, un rascacielos de oficinas de la década de los 60 que se alza perpendicular a la calle como un extraño añadido al antiguo puerto comercial de Bruselas, compuesto por almacenes de finales del siglo XIX. Su considerable tamaño y su céntrica ubicación proporcionaron al promotor inmobiliario el impulso necesario para reconvertirlo en 130 viviendas con una altura libre de casi 3 metros y unas vistas únicas hacia el este y el oeste. Esto se llevó a cabo en 2014, mucho antes de que la reutilización adaptativa de edificios de oficinas se impusiera como una necesidad. Más que el confort habitacional, lo que distingue a este edificio es su patrimonio inmaterial, su historia.

Un edificio de oficinas convertido en viviendas en Bruselas.

Antes y después, reutilización adaptativa de un edificio de oficinas a viviendas, The Cosmopolitan, Bruselas, Bélgica, 2019, &bogdan. Foto © Jeroen Verrecht

 Cuando no se actúa en un centro histórico, donde las alturas de los edificios suelen ser reducidas, la reutilización adaptativa resulta sistemáticamente más cara que la demolición-reconstrucción. Mientras la huella de carbono de las estructuras existentes no se integre en la ecuación financiera y no se aplique el principio de «quien contamina paga», se alcanzarán los límites del modelo económico actual. Un promotor inmobiliario no tiene mucho margen de maniobra a la hora de adoptar un pensamiento circular, pues se arriesga a quedar fuera del mercado. Por eso es crucial establecer un marco jurídico y financiero que garantice el mejor uso posible de los recursos existentes, incluidos los propios edificios. 
 
En 2021, el Gobierno de la Región de Bruselas-Capital decidió hacer exactamente esto con «Good Living», su reforma del Código de la Edificación. El comité de expertos encargado de dirigir esta reforma aboga por un cambio del actual Código de la Edificación, de corte defensivo, a otro que posibilite las pretensiones presentes y futuras de la Región de Bruselas-Capital. Esto implica promover una densidad urbana innovadora, caracterizada por edificios adaptados y adaptables de calidad, un aumento de los espacios abiertos y una mayor biodiversidad, mitigando al mismo tiempo las emisiones derivadas de la construcción y el uso de los edificios. Según el Código de la Edificación revisado, cada proyecto que requiera una licencia de construcción debe contribuir de forma regenerativa al conjunto de la ciudad. De esta forma, se está imponiendo la prohibición de la demolición. La historia indica que el mercado se autorregula y los precios de los inmuebles no suben con la reutilización adaptativa, como tampoco bajan con la reducción de las superficies mínimas de las viviendas. 

Planos para reutilizar adaptativamente edificios de oficinas en Bruselas.

Concepto para la reutilización adaptativa de edificios de oficinas, Barrio Europeo de Bruselas, Bélgica, 2012-14, &bogdan. Imagen © &bogdan

La reforma del Código de la Edificación de Bruselas ha ido aún más lejos en su compromiso con la regeneración al exigir que cada solicitud de licencia demuestre la viabilidad de un programa o escenario de uso alternativo. Esta medida es crucial en un panorama económico en el que los promotores inmobiliarios o los compradores suelen resistirse a sufragar los costes adicionales de acondicionar un edificio. La siguiente fase implica ir más allá de la reforma del Código de la Edificación para replantear las normas contra incendios y otras normativas para edificios adaptables en lugar de programas específicos. 
 
Aunque aún no es de aplicación oficial, el objetivo de «no demolición» del Código de la Edificación de Bruselas ya ha sido tenido en cuenta por las autoridades públicas. También ha inspirado «HouseEurope!», una iniciativa ciudadana que aboga por una legislación comunitaria que fomente la reforma de los edificios existentes y frene la demolición impulsada por la especulación en medio de una crisis inmobiliaria generalizada en Europa. Si se recogen un millón de firmas, se celebrará un debate sobre «HouseEurope!» en el edificio del Parlamento Europeo en Bruselas, el cual, irónicamente, es producto de la especulación. 

Imagen principal: Un enfoque regenerativo para una Bruselas con visión de futuro, reforma del Código de la Edificación de Bruselas, 2021-22, Imagen © &bogdan

www.houseeurope.eu