Adoptando metodologías tradicionales y locales para responder a la crisis energética
Las energías renovables en el entorno urbano
En 2050, más de 9 mil millones de personas habitarán la tierra. Más de la mitad vivirá en nuestras ciudades. Con los combustibles fósiles agotándose rápidamente, ¿cómo vamos a impulsar el mundo del mañana? ¿Cómo podemos aprovechar la energía cinética generada en el entorno urbano para saciar el hambre de la sociedad por los combustibles fósiles?
Los recursos naturales están disminuyendo. El cambio climático es el nuevo movimiento de impacto social. El crecimiento exponencial de los habitantes del planeta está causando sobrepoblación. Estamos más motivados que nunca a utilizar la innovación para eludir la inevitabilidad de un mundo que ya no podemos mantener para las generaciones futuras y alterar la proverbial curva de campana. A medida que la tecnología continúa incrementando su control sobre la economía global y crea una economía de 24 horas, el interés por vivir en las ciudades no deja de aumentar. El lado positivo de lo que puede parecer una premonición morbosa para el mundo del mañana es la habilidad para desarrollar el «Internet of Beings (IoB)» y encontrar soluciones prácticas a las que cada ser –mujer, hombre, niño, animal– pueda contribuir de una forma significativa e intrínsecamente «natural», en la que no jugar un papel supone un mayor esfuerzo y conocimiento que participar.
Las megalópolis están aumentando, dominadas por las personas. La energía cinética bulle a nuestro alrededor sin hallar nada que capte su infinito potencial. En el Reino Unido, cada persona anda unos 4.000 pasos al día, liberando más de 68.000 julios de energía al mundo. Este enorme nivel de energía de cada persona está esperando ser aprovechado.
Podemos iluminar nuestras ciudades, calentar nuestros hogares y cargar nuestros coches con la simple energía de un paso. Durante más de 20 años, la tecnología ha continuado avanzando, transformando nuestras vidas cotidianas en una nueva era digital. Desde los teléfonos inteligentes a los coches sin conductor o la programación, podemos ver pasar la evolución del conocimiento tecnológico humano ante nuestros ojos. Se inventan nuevas tecnologías creativas cada día, revolucionando el mundo a nuestro alrededor.
La forma en que nos adaptemos y nos conformemos a esos cambios determinará cómo sobreviviremos en una época de cambios climáticos drásticos.
Pavegen, una empresa de pavimentos que captan la energía de la pisada, lidera el mercado de la tecnología centrada en las personas mediante el aprovechamiento de dicha energía y su conversión en electricidad fuera de la red de energía y en visiones inteligentes. Utilizada en entornos de ciudades inteligentes, esta tecnología es primordial para llegar a todos los rincones del planeta y captar la energía desperdiciada de nuestras ciudades. Este es solo el primer paso en un cambio de comportamiento positivo que llevará a la adopción de tecnologías más interactivas y atractivas para impulsar nuestro mundo, ayudando a que las ciudades y los países sean impulsados por las personas.
Debemos invertir en desarrollo sostenible y transformar nuestra infraestructura actual en un espacio de tecnología limpia. Al impulsar nuestras ciudades con energía trazable podemos garantizar la seguridad de nuestro planeta. A medida que nos acercamos a una era sin combustibles fósiles, es esencial que normalicemos y utilicemos las energías asequibles, integrando paneles solares en edificios y hogares de nueva construcción, construyendo más turbinas eólicas y desarrollando instalaciones hidroeléctricas localizadas.
Pero para comprometerse con la gente y cambiar el comportamiento de la población para siempre, para lograr un futuro poderoso debemos construir entornos interactivos e inteligentes que establezcan una relación sinérgica entre las personas y los espacios que habitan. Al crear nuevas formas de energía limpia accesibles para la mayoría de la población, podemos mejorar el entorno construido.
Tecnologías como Pavegen y otras energías interactivas deben ser adoptadas y formar parte de nuestras ciudades para contribuir a nuestra revolución energética y así evolucionar hacia una futura fase de industrialización a través de las renovables.