La importancia de la innovación en la arquitectura

Los jóvenes profesionales deben tener la capacidad de imaginar más allá de los límites actuales y las estrategias consolidadas para ofrecer puntos de vista sorprendentes

El crecimiento de la población y el uso de recursos para la edificación de edificios sostenibles van a ser cada vez en mayor medida cuestiones cruciales para el sector de la construcción. Las previsiones realizadas por Architecture 2030 son claras, y para poder cubrir la demanda de vivienda necesitaremos construir una increíble cantidad de metros cuadrados. En 2060 construiremos más del doble de lo existente en la Tierra en la actualidad.

Si queremos dar respuesta a esta emergencia, las preguntas son: ¿dónde encontraremos los recursos para construir nuevas viviendas y la energía para mantenerlas? La UE ha respondido a estas preguntas con una hoja de ruta llena de objetivos precisos para la reducción de las emisiones de CO2 y la construcción de edificios de consumo de energía casi nulo.

Estos objetivos requieren de un cambio de paradigmas en el diseño y la construcción. Antes de imaginar un futuro tecnológico para los edificios, deberíamos mirar al pasado donde, durante miles de años, hemos construido edificios utilizando al máximo los recursos disponibles.

Esta mirada retrospectiva, de todo menos nostálgica, puede ofrecernos sorpresas extraordinarias. Sin embargo, primero es necesario aclarar que, en las últimas décadas, o más bien en los dos últimos siglos, hemos perdido la capacidad de dialogar con el clima, convencidos de que la tecnología era una parte natural de la evolución del ser humano y la solución a todos nuestros problemas.

La internacionalización de los procesos de construcción —sin importar los lugares, culturas o paisajes— ha permitido la difusión de modelos inadecuados para climas locales y condiciones medioambientales, de manera que los edificios se han convertido en un problema energético planetario en vez de ser una oportunidad para transformar la situación. La consecuencia de esta indiferencia ante las diversas necesidades ha sido la vulgarización de los modelos de construcción, lo que ha llevado al aplanamiento del paisaje urbano junto con la creación del problema del consumo, a menudo irreconciliable con las microeconomías y a un aumento de los niveles de contaminación incompatible con la vida humana.

Para poder retornar a la idea básica de diseñar un edificio que responda al clima, al lugar y al uso de materiales locales —lo que denominaríamos un edificio verdaderamente sostenible— necesitamos centrarnos en la idea de que la arquitectura no es simplemente una actividad estética, sino más bien un proceso de diseño integrado desarrollado a través de diversas disciplinas.

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NURSERY SCHOOL BUILT WITH NATURAL AND RECYCLED MATERIALS, AND SYSTEMS THAT MINIMIZE MECHANICAL INSTALLATIONS FOR ENERGY CONSUMPTION, GUASTALLA, ITALY, MARIO CUCINELLA ARCHITECTS. PHOTO © MORENO MAGGI.

Existen dos pilares fundamentales en la definición de sostenibilidad. Uno está relacionado con el rendimiento, aunque un edificio sostenible no es únicamente un objeto técnico. La otra cara de la sostenibilidad es comprender cómo diseñar un edificio para un contexto determinado basándose en la «empatía creativa». Las relaciones humanas surgen de la misma forma; tener empatía se traduce en intentar identificarse con los demás.

Los arquitectos deben reflexionar sobre cómo solucionar problemas locales, no cuestiones globales, ya que este es uno de los aspectos más interesantes de la arquitectura: cómo es posible adaptar el diseño de un edificio a una cultura determinada. Esta es una acción empática porque el diseño sostenible puede ofrecer soluciones técnicas, pero se necesita un nivel de aprendizaje adquirido para realizar esta interpretación. Por este motivo la educación es esencial para dotar de inspiración a las generaciones futuras sobre estos aspectos. La nueva generación de diseñadores tendrá que comprender los problemas de hoy en día —tales como las consecuencias del CO2 y el consumo de energía— y determinar cuál es el siguiente paso para los edificios.

En el futuro, los problemas serán infinitamente más complicados. Se da por hecho que los jóvenes profesionales deberán disponer de herramientas técnicas, pero también necesitarán capacidades para ir más allá de los límites actuales y de las estrategias consolidadas. Solo esta actitud podrá traer un cambio y abrir posibilidades inesperadas. Creo que las escuelas e universidades deberían ayudar a los jóvenes a reflexionar sobre la imprevisibilidad del futuro que no podemos ver, pero podemos adivinar a través del conocimiento, la creatividad, la intuición y el talento. Los jóvenes saben que son los principales actores de este futuro y buscan en las escuelas e universidades las herramientas para afrontarlo con confianza y valentía.

IMAGEN PRINCIPAL: Agencia Regional para el Medio Ambiente y la Energía (ARPAE), un nuevo complejo de oficinas y laboratorios de investigación que cumple con los más exigentes niveles de sostenibilidad medioambiental, Ferrara, Italia, Mario Cucinella Architects. Imagen © Moreno Maggi