La sabiduría de la naturaleza y la cultura andina

La arquitectura rural como estrategia de cambio hacia la integración y la equidad social

A medida que nuestro mundo se urbaniza cada vez más, una de las consecuencias es la migración masiva del campo a la ciudad, donde la vulnerabilidad del adulto mayor es más preocupante aún, no por el inevitable deterioro de sus capacidades, sino por las diferentes características que surgen en su interacción social en un contexto determinado.

Al estudiar el habitar de una comunidad rural, se hacen evidentes las desigualdades cuando se reconoce que sus necesidades y sus modos de vida son distintos al de las grandes ciudades, generando que la población rural envejecida, renuente a los desplazamientos, aún permanezca en sus localidades, por las circunstancias y las condiciones sociales que han vivido, su cultura, su cosmovisión y por su propia trayectoria. Son comunidades donde mayor es el riesgo de vulnerabilidad y mayores las posibilidades de abandono, no solo del lugar, sino de la población adulta mayor que aún persiste en conservar su historia y su identidad cultural.

Proyecto de arquitectura social y arquitectura rural en Arequipa, Perú

Estancias de contemplación, que generan experiencias a través de la estimulación de los sentidos, con el fin de obtener un valor emocional espontáneo, y lograr que se convierta esta experiencia en memorable. Imagen © Pamela Sanz

Es posible percibir la equidad en la arquitectura cuando está pensada para todos o cuando se promueve la igualdad de oportunidades, tomándose en cuenta una mejor ocupación del territorio, invirtiendo el proceso de despoblamiento, dotando a las personas medios para que generen su propio desarrollo y sea un escenario donde se pueda encontrar una vida mejor, incluyendo a personas de todas las edades.

Esta transformación es posible, rescatando los valores que convierten a la arquitectura en una potencial estrategia de cambio e integración social, para poder materializar el principio de equidad en los espacios que habitamos, conservando lo rural a partir de la regeneración, lo sostenible, sustentable, renovable, la preservación ecológica, que en el ámbito rural se lleva inscrito en la continuidad de sus tradiciones, así como la incorporación de su paisaje vivo. Además de la conservación de elementos intangibles y emocionales que constituyen la identidad cultural de una comunidad.

integración de arquitectura y naturaleza en proyecto para residencia en Arequipa, Perú

La agricultura nativa, como respuesta a las condiciones morfológicas del territorio (andenería) y el agua (sistema de riego sostenible), que desdibujan sus límites hasta formar parte del paisaje. Imagen © Pamela Sanz

Esta propuesta es un estudio de caso de cómo la arquitectura rural puede abordar esta cuestión de una manera sostenible, ética y creativa; donde el mundo rural ofrece una oportunidad única, debido a sus características, para crear entornos en los que, a través de la naturaleza, se pueda promover el bienestar y una imagen positiva del envejecimiento.

La sostenibilidad de la vida rural, a través de la arquitectura, es posible al reconocer sus componentes geográficos, históricos, culturales, paisajísticos y ecológicos, y especialmente, las técnicas y materiales, que permitieron configurar estos grupos sociales con un modo de habitar singular que podría aportar a la comprensión de soluciones proyectuales más coherentes y compatibles con los entornos en donde el componente natural aún es parte significativa del territorio.

Proyecto de arquitectura social para residencia en Arequipa, Perú

La hidroterapia y el turismo de salud, mediante el uso de las aguas termales que emanan de las profundidades volcánicas del lugar. Imagen © Pamela Sanz

Las intenciones de la propuesta arquitectónica de la residencia asistida para el adulto mayor en el Valle del Colca en Arequipa, Perú, inmerso en un entorno natural, respetan el lenguaje y la imagen del territorio; emulando y reinterpretando la materialidad y las características de los espacios típicos desarrollados a través de su historia, sus costumbres y su tradición constructiva. Ofreciendo espacios para el impulso de actividades que logren integrar a la comunidad mediante sus costumbres y tradiciones, y el turismo de salud, sistema que además permitiría una retroalimentación económica continua.

En consecuencia, una arquitectura rural con carácter racional, pero a la vez, emotiva por su cultura y perceptible por medio de los sentidos a través de su paisaje. Muchas veces, las intenciones suelen centrarse en otros aspectos más técnicos, visuales o económicos y no se tienen en cuenta los recursos esenciales para realizar proyectos únicos que conmuevan y transmitan. Hoy, considero que la educación de los sentidos es una herramienta clave a la hora de proyectar, y que la arquitectura en un entorno natural, conectada a las emociones, es capaz de cambiar el escenario de la vida y el sentido de las cosas.

Imagen principal: Espacios destinados a prestar atención social, con fines terapéuticos socioafectivos, a través de la interacción con animales y la participación en comunidad. Imagen © Pamela Sanz