Proyectos humanitarios

Proporcionando privacidad, dignidad y esperanza

El arquitecto japonés Shigeru Ban fue el ganador del Premio Pritzker en 2014, siendo el primero en ser reconocido no solo por la creativa brillantez de sus diseños arquitectónicos y su trabajo con la tecnología de tubos de cartón, la madera y la luz, sino también por su ayuda en situaciones internacionales de emergencia. Sus proyectos humanitarios han desafiado las nociones arquitectónicas de tiempo, materialidad y longevidad, y sus sistemas de tabiques de papel se están utilizando en la actualidad en Japón en la lucha contra la COVID-19. Sobre todo, se trata de un solucionador de problemas, un apasionado de la búsqueda de soluciones, firmemente convencido de que todas las personas tienen derecho a la privacidad y la dignidad, por muy crítica que sea la situación en la que se encuentran.

El sistema de tabiques de papel

Comencé a construir estructuras de papel en 1985, y poco a poco estas fueron evolucionando de temporales a permanentes. Esto fue mucho antes de que los términos «reciclaje» y «ecología» estuvieran en boca de todos.

El sistema de tabiques de papel se construye con papel reciclado y tubos huecos de cartón. En 1995, mientras construía casas temporales para los refugiados del terremoto de Kobe y la iglesia de papel, conocí de primera mano la terrible falta de privacidad existente en las instalaciones para evacuados en aquella ciudad. Así que, tras el terremoto de Niigata en 2004, desarrollé la primera versión del sistema de tabiques de papel.

Sin embargo, era consciente de que los funcionarios del ayuntamiento no lo aceptarían, ya que no existía ningún precedente. Sí eran aceptables algunas separaciones o tabiques para crear un vestuario, pero no para familias individuales. Posteriormente, tras el gran terremoto japonés de 2011, desarrollé una cuarta versión, la actual, que fue rechazada en numerosos centros. Solo uno la aceptó. Casi todos los funcionarios de la pequeña ciudad habían perdido la vida en el tsunami, por lo que el gimnasio del instituto estaba siendo gestionado por el profesor de física, una persona muy lógica, que dijo: «Sí, este es un buen sistema, ¡apliquémoslo!» Gracias a su liderazgo fuimos capaces de atender a 500 familias.

Hicimos todo lo posible para financiarlo por nuestra cuenta. Yo ya había fundado mi ONG, Voluntary Architects’ Network (VAN), y los fondos salieron de mi bolsillo. Es más sencillo buscar financiación cuando ya has tenido buenos resultados. A los tres meses habíamos visitado 80 instalaciones y habíamos sido rechazados por 50. Finalmente logramos construir casi 2.000 unidades para 30 centros de acogida.

Cuando la situación mejoró, comencé a trabajar con los grupos municipales que gestionan la respuesta a los desastres. Cada año, todas las ciudades de Japón organizan un evento para sus ciudadanos, por lo que acudí a muchos de ellos para mostrar nuestro sistema de tabiques de papel. Algunas ciudades comenzaron a aceptarlo como sistema oficial. Hoy en día continúo firmando acuerdos a través de mi ONG por todo Japón.

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SISTEMA DE TABIQUES DE PAPEL PARA EL CENTRO DE VACUNACIÓN DE KOMATSU, ISHIKAWA, JAPÓN. IMAGEN VOLUNTARY ARCHITECTS’ NETWORK

Finalmente, 16 años después, el gobierno japonés lo ha aceptado como sistema estándar y ha comenzado a almacenar los tabiques. En la actualidad se está utilizando para evitar el contagio de la COVID-19 en las instalaciones para evacuados. Incluso si no hay terremotos, en Japón solemos tener un tifón e inundaciones cada año. Y también se está utilizando en los centros de vacunación en algunas ciudades, como parte de las actuaciones de las organizaciones sin ánimo de lucro.

Los tabiques de papel aportan privacidad, especialmente a las mujeres. Antes, permanecían en sus coches durante mucho tiempo, sin moverse, y contraían el síndrome de la clase turista (también denominada la trombosis del viajero). Algunas fallecían porque no querían permanecer en los grandes pabellones deportivos sin privacidad.

El sistema puede ser montado por cualquier persona de forma rápida y sencilla y es flexible, por lo que se adapta a las necesidades de todo tipo de familias. Es muy sencillo de abrir y cerrar, facilitando que las personas que cuidan de los evacuados pueden comprobar si se encuentran bien. Hay personas que no se encuentran a gusto en ambientes demasiado cerrados.

La mayoría de estos centros para evacuados ya disponen de aseos y duchas porque se trata de instalaciones deportivas, pero en ocasiones no son suficientes, por lo que el ejército japonés se ve obligado a traer duchas e incluso una gran piscina temporal, porque a los japoneses les gusta disfrutar de los baños públicos.

Lo terrible es que, en cada terremoto, en cada inundación, los ayuntamientos locales deben ocuparse de las víctimas, pero en estos casos los funcionarios locales también son víctimas. No existe una acumulación de la experiencia. He aprendido mucho de la experiencia en Italia y he propuesto al gobierno japonés que formemos a gente local para que adquieran conocimientos y experiencia, y así podamos utilizarlos en cada emergencia.

Casas para refugiados

El proyecto de refugiados en Kenia es muy interesante porque la situación es completamente diferente a la que me encontré en 1995 en Ruanda. Por aquel entonces, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) proporcionaba una lámina de plástico a los refugiados y estos tenían que talar árboles para construir el marco de un refugio temporal. En aquella época, más de 2 millones de personas pasaron a ser refugiados, por lo que se produjo un grave problema de deforestación. ACNUR comenzó entonces a entregar tubos de aluminio, pero los refugiados los vendían y continuaban talando árboles. Cuando vi las lamentables condiciones de los campos de refugiados ruandeses en una revista, me presenté en las oficinas de ACNUR en Ginebra, sin cita previa, y propuse mi sistema de tubos de cartón. Fui nombrado consultor.

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VIVIENDAS PILOTO PARA EL NUEVO ASENTAMIENTO DE KALOBEYEI, KENIA. IMAGEN TAKESHI KUNO

El presupuesto de Naciones Unidas para cada refugio era de solo 50 dólares. Yo esperaba poder ofrecerles algo de confort, pero de acuerdo con la política de Naciones Unidas, no es conveniente ofrecer algo demasiado confortable porque el objetivo es que los refugiados regresen a sus lugares de origen. Por ese motivo mi proyecto se limitó a ofrecer refugios sin cortar árboles.

Sin embargo, con la situación actual en Sudán del Sur, los refugiados necesitan más permanencia. Así que, en lugar de ACNUR, es UN-Habitat (el Programa de Naciones Unidades para los Asentamientos Humanos) el que está trabajando para proporcionar viviendas asequibles para situaciones semipermanentes y fueron ellos los que me pidieron que construyera casas en Kenia.

Me he centrado en comprender el sistema de construcción vernácula en Sudán del Sur y el sistema de los pueblos nómadas del norte de Kenia. Si las casas pueden ser construidas por los propios refugiados, el hecho de utilizar un sistema de construcción y unos materiales que conocen les brindará la posibilidad de encontrar trabajo y les permitirá mantener sus propias casas. Realicé tres prototipos, utilizando ladrillos de adobe y tubos de papel, pero el más adecuado era un marco de madera con un relleno de ladrillos de adobe. En lugar de que un profesional construya la casa apilando ladrillos de adobe, tenemos un marco de madera que actúa como plantilla, y que es mucho más fácil de construir. Además, pude encontrar tubos de cartón en una fábrica de tejidos de Nairobi.

En un primer momento, los refugiados tenían aseos comunes, pero esto en ocasiones puede ser peligroso. Por ese motivo ahora estamos intentando proporcionarles aseos privados. Un fabricante japonés de sanitarios nos está ayudando.

Temporal o permanente

La iglesia de papel en Taiwán (un regalo de Kobe, 2006) sigue en pie como iglesia permanente y centro comunitario. Otra gran sorpresa fue la fotografía que nos envió un arquitecto local desde la India. Una casa de papel que construimos en 2001 es ahora una clínica, ¡20 años después!

Cuando desarrollé los tubos de cartón y construí la iglesia de papel en Kobe, coloqué un revestimiento de plástico en el exterior para protegerlo del agua. Pero cuando me enteré que las casas de papel eran temporales, procuré hacerlas más sencillas y baratas, utilizando tubos de cartón expuestos recubiertos de poliuretano. Nunca esperé que durarán mucho, pero sorprendentemente la casa de la India continúa estando allí.

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CATEDRAL DE CARTÓN. IMAGEN STEPHEN GOODENOUGH

En el caso de la Catedral de cartón de Nueva Zelanda (2013), recibí un correo electrónico de uno de los sacerdotes de Christchurch. Había encontrado algunos artículos sobre la iglesia de Kobe y me preguntó si podría diseñar una iglesia temporal de forma gratuita. Le dije que si también podía ser utilizada para servicios comunitarios, la diseñaría de forma gratuita. Utilicé un contenedor de transporte sobre una base de tubos de cartón para crear una oficina, un vestuario y un aseo.

Encontrar soluciones

Trabajo con personal no cualificado, como es el caso de los estudiantes. Para mí es esencial estudiar cada situación de emergencia, porque las soluciones en cada caso son diferentes, dependiendo del clima y la forma de vida. Cuando trabajé en el oeste de la India en 2001, me fue fácil encontrar tubos de cartón en las fábricas de tejidos, pero no pude encontrar las cajas de cerveza que había utilizado como cimientos en Kobe, porque nadie bebe cerveza en esa zona. Mi arquitecto local me propuso cajas de Coca-Cola, pero pensé que estaba fuera de contexto. En su lugar, realicé unos cimientos de barro como en la construcción tradicional. Pero cuando trabajé en Filipinas (2013), tuve que aceptar las cajas de Coca-Cola, lastradas con sacos de arena, porque la fábrica local de cerveza rechazó mi solicitud.

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CASA EN NEPAL. IMAGEN VOLUNTARY ARCHITECTS’ NETWORK

Las construcciones de ladrillo no son adecuadas en caso de terremoto, así que en Nepal (2015) diseñé un marco de madera y lo rellené con escombros de ladrillo. Construimos un colegio y casas. También he probado este sistema en Japón para cumplir con la normativa de estructuras.

Sin diferencias, sin fronteras

En un primer momento pensé que mi trabajo como arquitecto y mis proyectos de ayuda en emergencias serían actividades separadas e intenté lograr un equilibrio. Pero poco a poco me di cuenta que no existen diferencias, no hay fronteras entre ambas actividades. Cada una influye en la otra y reconozco que mi pasión y satisfacción y el tiempo que dedico a ambas es exactamente igual. Siempre se trata de un proceso de búsqueda de soluciones. La única diferencia es que no cobro por el trabajo que realizo en situaciones de emergencia.

Creo que he aprendido algo muy importante, no solo como arquitecto sino también como ser humano. Creo que la humildad es muy importante. Esto no es algo por lo que yo deba ser apreciado. Lo hago por mí mismo. Nuestra responsabilidad como arquitectos es hacer algo.

El futuro

No soy muy optimista, en especial ahora que no puedo viajar. Yo tengo que ir a todos sitios, conocer a la gente, trabajar con ellos. También me gusta llevar a mis estudiantes a zonas catastróficas y ahora me es imposible. Pero reconozco que los estudiantes y los arquitectos jóvenes están mostrando un mayor interés por el trabajo en zonas de emergencia y por las cuestiones medioambientales, y eso es realmente alentador. En 2016, después del terremoto de Ecuador, 5.000 personas asistieron a una de mis clases aquí, vinieron incluso desde Columbia. Al día siguiente, un estudiante me comentó que había tenido que coger 5 autobuses y viajar durante 12 horas para llegar hasta aquí desde el campo, y así poder asistir a mi clase. Esta es mi verdadera esperanza para el futuro.

Entrevista a Shigeru Ban, realizada por Clare Farrow el 13 de abril de 2021

Shigeru Ban es jurado de jumpthegap®, el Concurso de Diseño Internacional de Roca, para el cual los participantes pueden entregar sus proyectos entre el 3 de mayo y el 6 de septiembre. Para más información: www.jumpthegap.net 

IMAGEN PRINCIPAL: Viviendas piloto en el nuevo asentamiento de Kalobeyei, Kenia. Imagen Takeshi Kuno