Regreso a la Tierra

La exploración espacial nos puede ayudar a mejorar la vida en nuestro planeta

“La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos quedarnos para siempre en la cuna”. Las palabras del cosmonauta ruso Konstantin Tsiolkovsky (1857–1935) resuenan hoy más que nunca. Multitud de empresas privadas y cada vez más países, se preparan para expandir la presencia humana más allá de la superficie y la atmósfera terrestre, gracias a la exploración espacial. Mantenerse con vida en un entorno tan hostil y complejo como es el espacio nos ayudará a hacer frente a los desafíos del crecimiento exponencial humano. Desde el consumo y reciclaje del agua hasta la monitorización de la contaminación ambiental, la mejora de las condiciones en los vuelos tripulados (tanto científicos como turísticos) contribuirá a vencer los desafíos a superar en esta nave espacial en la que vivimos, llamada Tierra.

El activismo impulsado por la propia experiencia

Cuando conocí a Edward Norton, actor estadounidense famoso por películas como Fight Club o American History X, no me podía imaginar cuál sería su auténtica pasión. Más allá de su carrera como actor de cine y teatro, su objetivo era resolver los problemas de contaminación causados por las aguas residuales. Ver la destrucción de la diversidad marina de la Bahía de Chesapeake (en el estado de Virginia, EE.UU.), donde había crecido, le llevó a investigar sobre el tema. Constató el tremendo sufrimiento humano y medioambiental causado por no tratar correctamente los desechos generados por las personas. Hoy combina su trabajo de actor con la dirección de una empresa dedicada a resolver ese problema en todo el mundo.

Cuando estás en una nave espacial, también debes gestionar los residuos. Si la misión es de larga duración, como en una base lunar o un vuelo tripulado a Marte, es imperativo reciclar. La exploración espacial y este tipo de misiones pueden parecer meras proezas técnicas, pero, justamente, resolviendo este tipo de retos que parecen imposibles, encontramos nuevas soluciones, que luego se aplican a la vida cotidiana. Así ha sido siempre la evolución humana.

“Estoy convencido de que vamos a ver una gran cantidad de mejoras en la calidad de vida de las personas a raíz de este esfuerzo de exploración.”

Lecciones de la carrera espacial

Uno podría preguntarse cómo sería nuestro mundo si Richard Nixon, después de que Neil Armstrong clavara la bandera en la Luna, hubiera decidido abandonar la guerra del Vietnam y, con los recursos ahorrados, seguir con el plan original de expansión humana por el sistema solar, creado por el padre de la astronáutica moderna, el alemán Wernher Von Braun.

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RICHARD NIXON SALUDA A LA TRIPULACIÓN DEL APOLO XI JUSTO A SU REGRESO A LA TIERRA

Si clavar la bandera en la Luna supuso un torrente de innovaciones (cálculo de elementos finitos, nuevas aleaciones, satélites de comunicaciones, electrónica digital y mucho más), es razonable preguntarse, ¿qué habríamos descubierto si no se hubiera cerrado ese programa?

Vivimos un momento muy interesante, ya que, tras décadas de lento progreso, la carrera espacial se ha vuelto a acelerar. Gobiernos emergentes, como el de la India, y empresas privadas, como SpaceX y Virgin Galactic, de Estados Unidos, o la española Zero 2 Infinity, están dando los pasos necesarios para convertir el espacio en un lugar donde sea posible inventar, emprender, crear y vivir. Expandir la experiencia humana y la actividad económica más allá de la superficie de la Tierra es el mejor camino para proteger la Tierra. Desde la perspectiva del espacio se entienden mejor las cosas. Gracias a los satélites Meteosat conseguimos mejores previsiones meteorológicas y nos perdemos menos debido al GPS, pero esto es sólo el principio. Estoy convencido de que vamos a ver una gran cantidad de mejoras en la calidad de vida de las personas a raíz de este esfuerzo de exploración espacial.

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PROTOTIPOS DE VEHÍCULOS DE TURISMO ESPACIAL. DE IZDA-DCHA: BLUE ORIGIN, VIRGIN GALACTIC, Y ZERO 2 INFINITY

Incluso el turismo espacial, que a primera vista puede parecer una frivolidad, va a servir para concienciar a las personas más influyentes del mundo sobre nuestras necesidades. Cuando estos turistas del cosmos, que inevitablemente serán individuos adinerados, como altos empresarios, deportistas de élite o actores de renombre, vean con sus propios ojos la delgada capa azul que es la atmósfera, y que nos protege del inhóspito frío del espacio, seguramente entiendan mejor los problemas de nuestro planeta y actúen con mayor urgencia para resolverlos.

Mi amigo, el escritor Frank White, entrevistó a un gran número de astronautas y compiló sus opiniones en el libro The Overview Effect. En él se puede comprobar que la mayoría de entrevistados incrementó su empatía tras su viaje al espacio. Esperemos que estas personas tan influyentes se vuelvan también más empáticas hacia el planeta, y que entre sus objetivos vitales esté el de contribuir a salvar el planeta.

Imagen principal: Vista del horizonte desde el prototipo Bloon de Zero 2 Infinity, a 32 km de altura.