Experiencias transformadoras

Para mí, el objetivo de la arquitectura no radica en su dimensión física. Más allá de proporcionar cobijo, la esencia de la arquitectura reside en la capacidad para ofrecer experiencias transformadoras e inspiradoras. La arquitectura es un espacio de experiencias. Las experiencias arquitectónicas parten siempre del entorno que rodea a la edificación y no suelen terminar en los espacios interiores. Más bien, en la mayoría de los casos, cuando nos encontramos en un edificio, la percepción del lugar y de su entorno más amplio es una parte esencial de nuestra experiencia. Por lo tanto, la relación del edificio con su entorno —la estrategia del emplazamiento— es el núcleo de nuestro proceso de diseño.

Al inicio de cada proyecto, siempre parto de una serie de preguntas. ¿Cuáles son los pros y los contras del emplazamiento desde el punto de vista del sentido común? ¿Los puntos positivos son realmente positivos y los negativos realmente negativos? ¿Podemos transformarlos? ¿Qué pasaría si olvidáramos el sentido común y la práctica común? Y lo que es más importante, ¿cómo queremos imaginarnos la experiencia una vez terminada la construcción?

Dedicamos gran parte de nuestra fase de conceptualización a responder a estas preguntas. Tras muchas pruebas, solemos obtener una estrategia satisfactoria, que incluso puede superar nuestras propias expectativas. La respuesta adecuada suele basarse en construir relaciones interesantes entre los espacios creados por el hombre y el entorno natural, que invitan a los usuarios a conectar con ese entorno de una forma más estimulante y conducen a experiencias más contemplativas e interactivas.

Bloquear y acercar

Nuestro primer proyecto, el Sky Yards Hotel, era un hotel situado cerca de una conocida cadena montañosa de gran belleza paisajística. Antes de mi primera visita, ¡imaginaba que el entorno sería tan bonito como el de Falling Water! Pero la realidad era un descampado rodeado de un edificio inacabado y las ruinas de una fábrica. Afortunadamente, las montañas seguían siendo visibles.

Casi de inmediato, decidí centrarme en la experiencia más importante de este proyecto: la habitación. Bloqueé la vista exterior por debajo de la altura de los ojos y amplié la abertura restante para que la vista de las montañas y el cielo entrara en la habitación.

La experiencia real en la habitación superó nuestras expectativas. La maravillosa vista del cielo y las montañas, similar a un pergamino, resultaba aún más impactante tras ser recortada, y parecía incluso más cercana. Al no ser visible el horizonte, es difícil calcular la altura de la habitación desde el suelo. Cuando me desperté a la mañana siguiente y miré hacia las montañas cubiertas de niebla y las nubes, tardé varios segundos en convencerme de que estaba en una habitación y no flotando en el cielo.

Desenrollar y disfrutar

La Lakeside Teahouse consistía en dos viviendas antiguas con pequeños patios frente a un lago y colinas suavemente inclinadas. El paisaje circundante es conocido por ser un gran ejemplo de la estética literaria tradicional china.

Las pinturas tradicionales chinas de paisajes en pergamino no están concebidas para admirarse de un solo vistazo, sino para disfrutarse progresivamente a medida que el lector desenrolla el pergamino. El acto en sí es como un ritual. ¿Cómo sería leer el paisaje real de una forma tan poética e introspectiva? Conectamos las dos viviendas antiguas con un puente-pasillo curvo y elevado, sin apenas tocar las viejas estructuras. Caminando por el puente-pasillo, los huéspedes disfrutan de las cambiantes vistas del paisaje, como si estuvieran leyendo y desenrollando un extenso pergamino.

Un material auténticamente natural

El MM Farm Hotel está situado en un pueblo cercano al centro de Pekín y también constituyó un proyecto de reforma. Debido a diferentes limitaciones y normativas, no se nos permitió modificar ninguna de las estructuras originales, que consistían en hileras de casas de ladrillo que daban a las instalaciones industriales del mismo material.

Todo el recinto estaba rodeado de altos muros, lo que impedía las vistas al pueblo. Pero aun así nos propusimos aportar «ruralidad» al lugar y transformar la experiencia. Para ello ocultamos los edificios originales con mallas confeccionadas con 60,000 metros de cuerda de cáñamo, que es uno de los materiales más primitivos y naturales utilizados por la humanidad desde hace miles de años. A la luz del sol, las cuerdas tensadas son mecidas suavemente por la brisa, revelando las antiguas estructuras desde distintos ángulos.

Vincular y fusionar

El proyecto en curso del Hotel Sand and Stone se asienta a la orilla de un río. «Respetar la topografía» es una estrategia de construcción muy apreciada en la tradición china. En este caso, hemos querido llevarla a un extremo sin precedentes: todas las habitaciones y pasillos discurren a lo largo de la topografía respetando sus desniveles.

Los huéspedes se sumergirán en la naturaleza a través de las amplias vistas del río, sin olvidar en ningún momento la fuerte presencia de la topografía natural, ya que la superficie del suelo sigue siendo irregular. Pequeños espacios tipo spa emergen del talud a la orilla del río y las estructuras artificiales y la naturaleza se funden.

Los espacios de reflexión suelen implicar una sensación de aislamiento. Pero nuestro estudio se ha propuesto explorar las posibilidades para el edificio y su emplazamiento, estimular el diálogo y crear relaciones sin precedentes entre los espacios construidos por el hombre y el entorno natural.

 

Vídeo: Lakeside Teahouse, Jiaxing, China, 2023, Domain Architects

Imagen principal: Vista desde los jardines públicos, MM Farm Hotel, Beijing, China, 2022, Domain Architects. Foto © Sun Haiting