Vivir en edificios posindustriales

La identidad histórica y la vivienda contemporánea

Todos imaginamos cómo debería ser un hogar perfecto. ¿Qué tal un hogar cuya historia está íntimamente relacionada con la identidad económica y social del lugar?¿Cómo sería vivir en un edificio posindustrial?

Nikiszowiec es un conjunto residencial polaco diseñado por Emil y Georg Zillmann y construido en 1911. Los 1000 apartamentos alojaron en su día a unos 7000 mineros y a sus familias. Fue concebido como un complejo autosuficiente que lograría satisfacer todas las necesidades de sus habitantes y constaba de un parque, un edificio administrativo, una casa de baños y una iglesia. Con posterioridad se añadieron una estación de policías, tiendas, una lavandería y una escuela. También disponía de un tren gratuito que llevaba a los mineros al trabajo.

El centro de todo el complejo era la plaza Wyzwolenia, con una iglesia imponente y otros servicios que incluían restaurantes y tiendas situadas en galerías comerciales. Los edificios de viviendas constaban de 3 plantas que albergaban 12 apartamentos. Un apartamento tipo tenía una superficie de 63 m2 divididos en dos habitaciones y una cocina, pero sin cuartos de baño individuales, ya que existían baños comunes. Amplios corredores abovedados conducían desde la calle al interior del complejo y en los patios se construyeron granjas donde los residentes criaban animales como conejos, palomas, cabras y cerdos, así como hornos para cocer el pan.

Tras la Segunda Guerra Mundial, las industrias estatales cerraron, lo que dio lugar a un gran desempleo, una actividad social limitada y delincuencia. Por todo ello, Nikiszowiec pasó a ser considerado un vecindario peligroso y degradado. Esta situación se prolongó durante décadas hasta que se realizaron importantes cambios para mejorar la seguridad. Los nuevos residentes, atraídos por el encanto único del barrio se fueron instalando en él, derribando los viejos muros, proporcionando alcantarillado y aportando un espíritu totalmente nuevo.

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NIKISZOWIEC, UN CONJUNTO RESIDENCIAL EN KATOWICE, POLONIA CONSTRUIDA PARA MINEROS EN 1911. FOTO ANDRZEJ OTRĘBSKI CC BY-SA 4.0 VIA WIKIMEDIA COMMONS 

No es de extrañar que la arquitectura de este complejo centenario atraiga a la gente por sus detalles originales y cualidades únicas. Las ventanas con una banda roja son el símbolo de este complejo de viviendas y el ladrillo rojo se asocia al patrimonio local. Además, los arquitectos se aseguraron de que cada edificio destacara por algún elemento especial. Nikiszowiec se ha convertido en un lugar destacado en el mapa cultural  de la zona y es escenario de numerosas películas y video clips, además de un importante destino turístico. Hoy en día, los mineros son una minoría en Nikiszowiec, y en su lugar viven y trabajan artistas. ¿Se acerca la gentrificación? Muchos opinan que es inevitable.

Vivir y trabajar en una antigua fábrica

En 1973, en las afueras de Barcelona, el arquitecto Ricardo Bofill comenzó a restaurar una fábrica de cemento abandonada. Los retos que planteaba La Fábrica eran enormes, pero el encanto brutal del edificio era irresistible y el arquitecto hizo suya la misión de dar una nueva vida a esta edificación industrial que llevaba décadas inutilizada. Decidió convertirlo en el hogar de su familia y en la sede de su estudio– RBTA Taller de Arquitectura.

Con una superficie total de 31.000 m2, la fábrica fue construida en los años 20, durante la industrialización de Cataluña. Originalmente constaba de 30 silos, una red de túneles subterráneos y diversas estancias de grandes dimensiones donde estaba situada la maquinaria pesada. Tras un plan de reurbanización de un año y medio de duración, quedaron únicamente ocho silos, mostrando su extraordinaria belleza. Los muros históricos están rodeados de abundante vegetación y los antiguos espacios industriales, alimentados por la creatividad del arquitecto, parecen ahora un palacio encantado.

Habitando un molino de viento

Hace algunos años, en Abcoude, Países Bajos, Maarten van Dijk salió a correr y reparó en que los molinos de viento cercanos parecían abandonados. Conversando con los vecinos, averiguó que los molinos necesitaban un nuevo operador que los gestionara. Poco tiempo después, alquiló uno de ellos, para lo cual tuvo que renovarlo completamente y además someterse a 550 horas de formación teórica y práctica sobre gestión de molinos de viento.

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MOLINOS DE VIENTO TÍPICOS EN KINDERDIJK, HOLANDA. FOTO LUCAS HIRSCHEGGER CC BY-SA 3.0 VIA WIKIMEDIA COMMONS

Tradicionalmente, los molinos de viento han sido estructuras cruciales en los Países Bajos, al bombear agua desde las zonas bajas a los ríos más allá de los diques para que el terreno pueda ser cultivado. El molino de Abcoude continúa realizando esta labor. Durante el proceso de rehabilitación se añadió el aislamiento y la fontanería y el molino se convirtió en un lugar habitable. Los elementos de sus mecanismos son visibles en el interior y junto con el aspa que rota en el exterior se han convertido en parte del día a día. En la actualidad Maarten alquila el molino y cuando su familia crezca tiene la intención de vivir en él de forma permanente en su vejez.

Las ideas para una arquitectura residencial posindustrial varían enormemente dependiendo del contexto. Las estructuras industriales, como testimonio de épocas pasadas, contienen una identidad de lugar –una cualidad que puede ser un problema para la arquitectura residencial contemporánea– por lo que la combinación de características posindustriales y residenciales aparentemente opuestas puede llegar a producir resultados sorprendentes.