¡Despertad!

Cómo diseñar para hacer frente a una emergencia

Es finales de enero y un grupo de ganadores de premios Nobel, funcionarios de las Naciones Unidas y miembros de The Elders (grupo de líderes internacionales creado por Nelson Mandela en 2007) se reúnen para discutir el movimiento del tiempo. Este tiempo en particular es la representación de lo cerca que está el planeta de llegar a su completa aniquilación. Desde 1947 el «Doomsday Clock» ha estado siguiendo el progreso de nuestra especie hacia (y lejos de) una destrucción segura, fijada a medianoche. Esta semana la manecilla de los minutos se ha movido a 100 segundos de la medianoche, lo más cerca que ha estado del día del apocalipsis desde que empezó a funcionar. Y ¿cuáles han sido las causas de esto? La proliferación nuclear, la desinformación cibernética (falsas noticias) y nuestro fracaso para hacer frente al cambio climático. Pero ha llegado, y no con un grito de desesperación, sino con una llamada urgente a la acción: «Si alguna vez hubo un momento para despertar, es ahora».

Es posible que ya hayas despertado y seas parte de ese creciente movimiento, preocupado por el medio ambiente y las crisis globales: incendios forestales, inundaciones generalizadas, meteorología extraña. Este momento sin precedentes —una emergencia climática donde los ciudadanos del mundo están llevando sus preocupaciones a las calles para pedir una acción global— está ayudando a incitar a la acción a algunos líderes, pero ¿qué más puede hacerse? Parece que las pequeñas respuestas individuales como reducir los desplazamientos en avión, la ingesta de carne o la conducción de automóviles pueden parecer insignificantes frente a la llamada a la acción del IPPC de las Naciones Unidas para detener las temperaturas globales desbocadas. Sí, debemos cambiar nuestra forma de vida. Pero más que eso, lo que debemos modificar son nuestros hábitos globales de consumo.

Como diseñadora, he dedicado más de una década a investigar el comienzo y el fin de la vida de nuestras cosas y he visto el creciente impacto de todo ello.

La situación se está descontrolando y nuestro amor por las cosas está intrínsecamente unido a las actuales crisis medioambientales del mundo.

Nuestra mentalidad de «aquí no pasa nada» ha dado lugar a un consumismo rápido y radical seguido de la obsolescencia y la sustitución que demanda un inmenso y continuo flujo de recursos. Estas tendencias globales conllevan la existencia de grandes cadenas de suministro que necesitan de cantidades ingentes de materias primas extraídas del planeta para alimentar a máquinas y fábricas. Nuestros bienes baratos a menudo son transportados y montados en múltiples lugares del mundo antes de descansar en un almacén a la espera de ser adquiridos. En 2017 la utilización global de recursos superó los cien mil millones de toneladas, pero nuestras tasas de reciclaje son peores que nunca.

¿Y qué hay del vínculo con el diseño? Es posible que ya hayas encontrado la conexión entre lo que haces en tu estudio y lo que ocurre en el mundo. Ser un diseñador a principios de esta nueva década pinta bastante bien, en un primer momento. El diseño ha ganado en importancia, ha obtenido un mayor reconocimiento, con mercados de mayor tamaño y un sector rentable. 1,7 millones de personas trabajan en el sector del diseño en el Reino Unido, aportando el equivalente al 7% de su VAB. Existe un abanico de nuevos materiales con los que experimentar, nuevos procesos que implementar, diversas oportunidades que explorar. La vida es de color de rosa. Pero sin duda jugamos un papel en el ciclo de vida de las cosas que se acumulan en nuestras vidas.

The Great Recovery, rediseñando el futuro. Imagen Thomas.Matthews

The Great Recovery, rediseñando el futuro. Imagen Thomas.Matthews

A través de las llamadas a la acción y las alarmas que suenan a nuestro alrededor debemos, como sector, reconocer nuestro papel y encontrar nuevas formas de ayudar a generar un cambio. Empecemos por plantearnos las siguientes cuestiones:

  1. ¿Eres consciente de cómo prescribes los materiales?

¿Entiendes el impacto de la fabricación de piel, acero, papel, hormigón, cerámica, considerados los ingredientes del diseño? ¿Sabes cómo realizar un análisis completo del ciclo de vida? La mayoría de nosotros solicitamos credenciales de sostenibilidad a los proveedores de materiales y las asumimos como válidas. Pero pueden estar llenas de ambigüedades y términos genéricos como reciclable o biodegradable. Seamos más inquisitivos y analicemos las respuestas en profundidad.

  1. ¿Puedes aprender a diseñar con un enfoque circular?

La economía circular como concepto existe desde hace tiempo y parece que por fin está siendo asumida por el mundo del diseño. Esta forma de diseñar, centrándose en la optimización de los recursos a través de la reutilización, el arrendamiento, la recuperación y el cultivo está en armonía con la reducción del cambio climático. La Fundación Ellen MacArthur, en colaboración con Material Economics, ha expuesto una serie de razones convincentes contra el cambio climático basadas en el paso de una economía extractiva de «tomar, hacer, desperdiciar», totalmente dependiente de los combustibles fósiles a otra circular, restaurativa y resistente. El enfoque en la energía renovable logrará abordar el 55% de las emisiones globales de carbono. El 45% restante proviene de la producción de todas las cosas que consumimos cada día, y no puede ser pasado por alto.

  1. ¿Cuál es tu ámbito de influencia?

El sector del diseño es una industria predominantemente de servicios. Recibimos un encargo de un cliente y respondemos a él. Alrededor del 80% del impacto medioambiental de un producto subyace en su fase de diseño, por lo tanto, el diseño es fundamental para resolver desafíos medioambientales. Debemos ser conscientes de lo que prescribimos y de cuál es la vida útil de cada material: debemos preguntarnos dónde acabará una vez deje de ser utilizado. ¿Cómo pueden los materiales convertirse en recursos de nuevo? Este conocimiento podrá influenciar a los clientes si diseñamos y lo comunicamos correctamente.

La gestión del cambio climático será la tarea más importante de un diseñador y evitar o ignorar este hecho nos convertirá en contaminadores. Seamos valientes y quizás el diseño pueda hacer retroceder las manecillas del reloj.

Imagen principal: Análisis del desmontaje de un taladro. Imagen © The Great Recovery